Reducción de la carga de amoníaco en un sistema construido en campo

Traducido por Victor Roldan INFRICO

Como parte del impulso dentro de la industria de refrigeración con amoníaco para minimizar las cargas del sistema de amoníaco, algunas empresas están recurriendo a sistemas compactos para lograr una carga más baja, pero también es posible reducir la carga en los sistemas construidos en campo. Walter Teeter director ejecutivo de Republic Refrigeration Inc. y presidente electo de IIAR dijo que “Ha habido más presión sobre los diseñadores para descubrir cómo reducir la carga de refrigerante. Para muchos proyectos, el objetivo es permanecer por debajo de las 10,000 libras para evitar el Plan de Gestión de Seguridad de Procesos/ Gestión de Riesgos”. Agregó que mantenerse por debajo de las 10,000 libras puede ayudar al proceso de permisos y reducir algunos de los gastos regulatorios en la operación del sistema.

También indicó que la identificación y combinación de soluciones de ingeniería para reducir la carga se puede hacer en sistemas nuevos o existentes, pero Teeter dijo que siempre es más fácil hacerlo desde cero. Teeter comentó que “Lo que se puede hacer en una ubicación existente puede estar limitado debido a las restricciones de espacio o a lo que permitirán los municipios locales”.

Para determinar si utilizar un sistema construido en campo o un compacto, Teeter dijo que los operadores tienen que considerar el tamaño del trabajo, así como la economía involucrada. “Hay ciertos puntos críticos de tamaño para los sistemas en los que los compactos no son tan rentables”, y agregó que el costo real en grandes sistemas a menudo puede ser menor para los sistemas construidos en el campo que para los sistemas compactos.

En última instancia, el tamaño del sistema de refrigeración y la cantidad de amoníaco utilizado esta definido por las necesidades de los usuarios finales. Teeter indicó que “Tienen una cierta cantidad de cajas o palés que almacenar, lo que dicta un cierto tamaño de edificio, y quieren el edificio más eficiente energéticamente que puedan obtener al mejor precio”.

Cada sistema de refrigeración es único con diferentes condiciones de operación, requisitos de tonelaje y requisitos de espacio variables, pero Teeter dijo que los operadores pueden usar múltiples soluciones para reducir la carga. “Es una cuestión de hacer la mezcla de Ingeniería adecuada”.

Teeter indico que Republic Refrigeration Inc. recientemente está construyendo un almacén frigorífico con una carga de refrigeración de 2400 TR, de las cuales 1100 TR son túneles de congelación rápida y que tendrá una carga inferior a 10,000 lbs. de amoníaco cuando está completamente construido.

Para determinar la mejor solución, el cliente debe tener un objetivo en mente. Teeter expone que “A veces, el objetivo lo impulsan las políticas corporativas, a veces lo impulsan los problemas regulatorios locales porque a ciertas localidades no les gusta permitir grandes sistemas de carga”. “Algunas empresas pueden recibir descuentos en las tarifas de seguros al minimizar el potencial de exposición del producto al refrigerante utilizado en el sistema”.

Si el objetivo es mantenerse por debajo de las 10 000 libras, se puede lograr utilizando nuevos conceptos de diseño para el sitio de la planta. “Algunos proyectos se vuelven tan grandes que no hay forma de quedar por debajo de las 10,000 libras y no se puede hacer nada”, dijo Teeter.

Sin embargo, mediante el uso de nuevos productos y tecnología de diseño, aún se puede resolver la carga total del sistema, lo que puede reducir la carga reglamentaria en la operación de la instalación.

Teeter indica que, para reducir la carga, algunos operadores están recurriendo a sistemas de cascada de CO2 y amoníaco, sistemas de salmuera volátil de CO2 y sistemas de refrigeración secundarios que se pueden combinar con otras soluciones de ingeniería. “La gran reducción se consigue cuando se llega a la decisión de utilizar estos sistemas alternativos”, explicó.

Agregó que ha habido un movimiento para cambiar las tasas de recirculación de 3 a 1 a tasas de recirculación de 1,5 a 1, lo que se traduce en una reducción de las cargas. “La industria siempre ha tenido una tasa de 3 a 1 para la tasa de recirculación lo cual dicta ciertos tamaños de líneas de líquido. Teeter indicó que cuando se reducen las tasas de recirculación, puede cambiar el tamaño de las líneas”. “Para un tonelaje determinado, se necesita una cantidad X de área para que el líquido fluya hacia los evaporadores. Al utilizar un ratio de 1.5 a uno, se reduce la cantidad de líquido en circulación a la mitad. Si solo se mueve la mitad, se pueden tener tamaños de línea más pequeños y reducir significativamente la carga total de refrigerante a través del diseño del sistema”.

Con un diseño de amoníaco de expansión directa, el sistema mueve la cantidad exacta de líquido que evapora. Algunos fabricantes han estado trabajando para que estos sistemas sean más fiables. Muchos de estos nuevos diseños de productos ayudan a reducir la cantidad de amoníaco utilizado en el sistema. “Las sanciones de ir al DX no son tan grandes como solían ser”, dijo Teeter.

Teeter indicó que la tecnología sigue adaptándose y cambiando, lo que permite a la industria ofrecer sistemas con una carga de amoníaco más baja. Eso podría ser particularmente beneficioso a medida que más y más usuarios finales se cambien a refrigerantes naturales, ya que los hidrofluorocarbonos y los hidroclorofluorocarbonos se están eliminando cada vez más para cumplir con los requisitos regulatorios y gubernamentales. “Esto lleva a las personas a considerar los sistemas de amoníaco donde el amoníaco u otros refrigerantes naturales tal vez no se había considerado antes”, dijo.